A pesar de ser un país de mayoría cristiana, Colombia permanece en la Lista Mundial de la Persecución 2023, ocupando el puesto 22. La aparente contradicción se produce porque los grupos armados y los líderes indígenas abusan del poder y oprimen a las comunidades cristianas de las zonas rurales del país que están fuera del control del gobierno central.
En un contexto de violencia e injusticia, la guerrilla es la vía que encuentran los jóvenes para obtener riqueza y venganza. Sin embargo, incluso en los lugares más inhóspitos, el Evangelio ha alcanzado y transformado vidas.
El pastor John (seudónimo) forma parte del grupo que abandonó la guerrilla para seguir a Cristo. Una decisión cuyo coste es la persecución. Cuando sólo tenía 16 años, se unió a la guerrilla de las Águilas Negras. Cumplía tareas como cometer asesinatos, extorsionar a la gente y crear vías de escape en Tumaco, su ciudad natal. Todo le parecía normal e incluso rutinario.
«Me temían en la ciudad por mis agresivos homicidios. Me burlaba de la muerte de mis víctimas», dice el cristiano. John obtuvo cargos de confianza y fue detenido cinco veces por los delitos cometidos. Fue en la cárcel donde escuchó el Evangelio y fue transformado por Jesús.
De perseguidor a perseguido
Cuando comenzó a seguir a Jesús, muchos no creyeron que la conversión de John fuera genuina. Sin embargo, hoy, cinco años después, toda la comunidad reconoce que ha vivido según el Evangelio y ha pagado el precio de la persecución. «Para Dios no hay nada imposible. El Señor me ha transformado y hoy le sirvo. Durante la prisión fui discipulado por los cristianos que nos visitaban».
Sus compañeros de guerrilla no comprenden la decisión de John. Su conversión significa no sólo una persona menos trabajando para la guerrilla, sino una persona más luchando contra el crimen y la violencia, señalando el camino eterno. Por ello, Juan y otros cristianos son perseguidos.
De perseguidor, pasó a ser perseguido. Aunque vive en Popayán, donde trabaja como pastor, a John le gustaría volver a su ciudad natal, pero el miedo a las amenazas como exguerrillero lo paraliza. John ve en las cárceles colombianas campos misioneros y cuenta con las oraciones de la iglesia latinoamericana y mundial para tener el coraje de llevar el evangelio a los lugares más peligrosos.